Nos amamos y decidimos ser felices. No me di cuenta pero empezaste a matarme lentamente el día que decidiste poseerme. Yo lo acepté, y comencé mi suicidio. Fui consciente, y me complacía en suicidarme para ti.
El día que decidí volver a vivir y me marché de casa, me preguntaste, "¿Por qué eres tan egoísta?"
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