jueves, 10 de abril de 2014

Τe despide por última vez agitando la mano y te marchas en tren para no volver - por Don Jimbo Olajuwon.

Apenas se desprendió el brazo muerto, agotado de sangre, pálido, cianótico, agarrado a la escasa
vida de limo, sedimento negro y aguado, rayado de fuerza y ánimos encendidos, colgado de sus
balcones, de las vistas desde las que apenas se dejaba, algún día, generosa, y yo marraba miope. Me
desventró su apuesta sentenciosa, y lo hace hoy, a martillazos, cada mañana y pesadilla, cada pelea
en sueños que acaba al mediodía.


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