Bocadillo de atún.
Cae el monzón como si algún dios indio parido en Chernobyl con muchos brazos, ojos o piernas estuviera lanzando el agua a cubazos con todas sus fuerzas divinas. Los parias corren a buscar refugio y el cielo parece una capota gris que cubre la calle excepto sobre un lugar: Encima de un viejo luce el sol y su camisa permanece seca. Cuando tienes un buen cigarro y un bocata de atún en el bolsillo, el resto del mundo puede irse a la mierda.
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