domingo, 6 de abril de 2014

De penalty - por Miguel Aguerrido.

Lo temía, no se puede obligar a nadie a hacer algo así contra su voluntad, no se iba a presentar. La familia del novio se marchaba lentamente de la capilla, tan avergonzados que ni siquiera tuvieron la entereza de disculparse ante ella.
Entonces sintió su primera patada, como si quisiera reconfortarla desde su vientre.


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